La Sophora japonica es uno de los árboles originarios de Japón más interesantes. Y es que a diferencia del arce japonés por ejemplo, el cual solo se puede cultivar en una tierra muy determinada, nuestro protagonista no es tan exigente. De hecho, si lo que quieres es tener un jardín japonés en suelo alcalino, esta especie es una de las que no deben faltar.
A pesar de que uno de los nombres con los que se conoce es acacia del Japón, en realidad no tiene nada que ver con los árboles del género Acacia. Ni crece rápido, ni tiene flores con forma de pompón amarillo. Pero no te preocupes, que tiene otras muchas cualidades.
Origen y características de la Sophora japonica
Conocido como acacia del Japón, árbol de las pagodas o simplemente sófora, este es un árbol caducifolio cuyo nombre científico es Styphnolobium japonicum. Como sinónimo tiene Sophora japonica, pero se descubrió que a diferencia de las Sophora nuestro protagonista no es capaz de fijar el nitrógeno en el suelo porque no establece relaciones simbióticas con la bacteria que se encarga de ello, la Rhizobia.
Crece hasta alcanzar una altura de 5 a 10 metros, y es originaria del este de Asia. Tiene un tronco que al principio es recto pero con el paso de los años se retuerce, y una copa muy ramificada de la cual brotan hojas imparipinnadas, de color verde.
¿Cuándo florece la Sophora japonica?
Sus flores brotan en verano. Y lo hacen agrupándose en panojas grandes, de hasta 25 centímetros. Su color es el blanco y emiten un aroma muy agradable. Estas son hermafroditas, lo que significa que no dependen de los polinizadores para producir frutos.
Dicho fruto es una legumbre de 3-6 centímetros de largo, de color verde al principio pero rojiza al madurar; en su interior contiene semillas de color pardo oscuro. Tienen la peculiaridad de que permanecen en el árbol varios meses, hasta principios de invierno.
¿Son invasivas sus raíces?
Antes de plantarla en el suelo es importante aclarar este punto, pues de lo contrario en un futuro podríamos tener problemas con la planta. Bien, al igual que les ocurre a todos los árboles leguminosos (es decir, de la familia Fabaceae), la sófora tiene raíces muy largas y fuertes; no tanto como las de los Ficus eso sí, pero igualmente hay que plantarla lo más lejos posible de tuberías y viviendas.
La distancia recomendada es, como mínimo, cinco metros, aunque es preferible que sea el doble especialmente si el suelo es blando. Ahora bien, una manera de controlar su crecimiento sin dañar la estructura natural del árbol es cavando un agujero de al menos 1 x 1 metro, y cubrir sus lados con una tela anti-rizomas, o incluso con bloques de hormigón.
Cuidados y cultivo de la Sophora japonica
La sófora es un árbol con un gran valor ornamental, por lo que no es de extrañar que se cultive en los jardines. Pero, ¿cómo se ha de cuidar? ¿Cada cuánto regar? ¿Soporta la sequía? De estos y otros temas vamos a hablar a continuación:
Ubicación
Casi siempre que cultivemos árboles originarios de Japón tendremos que colocarlos en el exterior. A nuestro protagonista también, no solo porque supera con creces la altura de una casa, sino porque para poder sobrevivir y crecer en condiciones necesita sentir el paso de las estaciones.
Por este motivo, tampoco se recomienda tener en climas tropicales ni subtropicales, donde las temperaturas se mantienen estables durante todo el año.
Tierra
No es una planta exigente, pero si queremos tenerla en maceta sí que debemos elegir un sustrato que no se encharque con facilidad pues así evitaremos que las raíces mueran por asfixia. Por ejemplo, una mezcla de mantillo con un 30% de perlita le va a ir bien. Pero ojo: el recipiente ha de tener, además, agujeros de desagüe, sino por muy bueno que sea el sustrato correremos el riesgo de quedarnos sin árbol.
En caso de que vayamos a plantarlo en el suelo, es importante que drene bien el agua. Si es pobre en nutrientes no nos tiene que preocupar demasiado, puesto que esto se soluciona con el abonado.
Riego
El riego será moderado. Si la tenemos en maceta regaremos un promedio de 2 veces por semana durante la temporada estival, pero el resto del año y si llueve regularmente no hará falta que reguemos tan seguido. De todos modos, siempre que surjan dudas lo mejor que podremos hacer será comprobar si el sustrato está húmedo o seco, por ejemplo pesando la maceta justo después de regar y de nuevo cuando pasen unos días.
Si está en el jardín, lo podremos regar entre una y dos veces por semana durante los dos primeros años. A partir del tercero es probable que haya enraizado bien, de modo que si vivimos en una zona donde suele llover con regularidad no será necesario regarlo más que de vez en cuando.
Abonado
El abonado consiste en echarle por ejemplo estiércol o guano (en venta aquí) durante la primavera y el verano, con el fin de que crezca a su máxima velocidad y de que sobre todo pueda estar bien, sano, con energía suficiente para florecer cada temporada. Por este motivo, es muy recomendable abonarlo siempre, pero muy especialmente mientras es joven.
Así, se le ayuda a crecer, pero también a resistir mejor el ataque de plagas y las infecciones. Por eso, además de los mencionados, hay otros que también servirán, como el compost que puedes hacer tú mismo, las cáscaras de huevo, o el abono extracto de algas (en venta aquí).
Multiplicación
La Sophora japonica se multiplica por semillas en primavera. La manera más rápida de conseguir que germinen es haciendo lo siguiente:
- Primero, echa agua en un vaso y mételo en el microondas unos segundos, hasta que veas que el líquido empieza a hervir.
- Luego, sácalo y echa las semillas en un colador pequeño (ha de caber en el vaso).
- Después, mete el colador en el vaso durante un segundo.
- A continuación, echa las semillas en otro vaso que contenga agua a temperatura ambiente donde las tendrás durante 24 horas.
- Pasadas esas horas, siémbralas en bandejas forestales o en macetas individuales con tierra para semilleros o vermiculita por ejemplo.
- Echa un poco de cobre o azufre en polvo sobre ellas para que los hongos no las dañen, y coloca la bandeja en el exterior, en un lugar soleado.
Plagas y enfermedades
Es una planta que no suele tener plagas. Quizás alguna cochinilla o pulgón si el ambiente es muy cálido y seco, pero nada preocupante. En cambio, si hablamos de las enfermedades hay alguna que sí es grave, como la podredumbre de las raíces que aparece cuando crece en suelos pesados y compactos, y/o cuando se riega en exceso; y los chancros de la corteza que aparecen en el tronco como consecuencia de infecciones transmitidas por los hongos, provocadas por heridas de poda.
Para prevenirlas lo ideal es no podar al árbol, y si se hace que sea utilizando herramientas desinfectadas y evitando las podas drásticas. En caso de haber síntomas, como el rápido amarilleo o el amarronamiento de las hojas -sin ser otoño- y su posterior caída, y/o la aparición de bultos en el tronco, se puede tratar con fungicidas que lleven cobre, como este.
Rusticidad
Resiste muy bien las heladas de hasta los -25ºC una vez adulto. Pero vegeta mejor en las zonas donde el clima es un poco más suave.
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