Malus floribunda

Manzano en flor

En Asia pueden presumir de tener una gran variedad de especies de árboles con un gran valor ornamental. Algunos de ellos tienen, además, una adaptabilidad asombrosa, algo que sin duda es de agradecer cuando quieres tener un jardín diferente a los demás.

Una de esas especies es la de un árbol que se convierte en todo un espectáculo natural cada primavera, y que por si fuera poco resiste muy bien las heladas: Malus floribunda. Quizás este nombre no te suene de nada, pero no te preocupes, que su nombre común o popular es manzano de flor.

¿Cuál es el origen y las características del Malus floribunda?

Manzano japonés

Se trata de un árbol caducifolio originario de Japón que alcanza una altura de 10 metros. Su tronco es recto, con la corteza que tiende a fisurarse a medida que envejece. Las ramas son pubescentes, y de ellas brotan hojas simples y ovales con un tamaño de 4 a 8 centímetros de longitud por 2 a 4 centímetros de ancho, y tienen el margen dentado. El haz es de color verde oscuro, pero el envés es más pálido.

Florece en primavera, produciendo numerosas flores agrupadas en racimos de 4-7 unidades de color rojo-rosado o blanco. El fruto es esférico, de unos 2-3 centímetros, y amarillento.

Popularmente se le conoce como manzano de flor, manzano silvestre japonés o manzano japonés.

¿Qué usos se le da?

Es un árbol que se usa únicamente como planta ornamental. En los jardines queda muy bonito como ejemplar aislado, pero también se puede tener en alineaciones o grupos.

Hay quien se aventura a trabajarlo como bonsái, puesto que tolera bastante bien la poda, motivo por el que es interesante, además, como árbol en maceta.

¿Cuáles son los cuidados que hay que darle al manzano de flor?

El Malus floribunda es un árbol rústico, que ha de colocarse en el exterior. Es importante que le dé el sol de manera directa, al menos 4-5 horas cada día. Sus raíces no son invasivas, pero para que pueda crecer adecuadamente es necesario que, en caso de tenerlo en el jardín o huerto, se plante a una distancia de unos 4 metros de distancia como mínimo de paredes y muros, así como de otras plantas altas.

Si hablamos de la tierra, tiene que ser rica en materia orgánica, pero también ha de ser capaz de drenar rápido el agua. Por otra parte, si vas a cultivarlo en maceta, el sustrato puede ser el universal, o mantillo mezclado con un 20-30% de perlita.

Imagen procedente de Wikimedia/Krzysztof Ziarnek, Kenraiz

El riego será moderado, puesto que no resiste la sequía. La frecuencia dependerá del clima y de la ubicación, pero en general tendrás que regarlo unas 3 veces por semana durante el verano, y cada 5-6 días el resto del año. De todas maneras, si tienes dudas comprueba la humedad de la tierra o el sustrato, y ten presente siempre que es mejor que la planta pase sed unos días antes que se ahogue, porque es mucho más fácil recuperar una planta que se está secando que otra que está sufriendo por exceso de agua. Y es que, en el primer caso, bastará con regarla mucho hasta empapar bien la tierra, pero en el otro… los hongos es probable que ya hayan causado daños irreversibles a las raíces.

Durante la primavera y el verano es recomendable abonar al manzano de flor con abonos orgánicos, sea mantillo, compost, estiércol de animales herbívoros, guano,…

Por último, decirte que resiste hasta los -18ºC.


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