Hay muchas especies de arces, pero una de las más populares en climas templados es el Acer platanoides. Es tan bonito, y también tan grande, que uno de los nombres comunes que recibe es el de arce real.
Es, de verdad, fantástico. En cualquier época del año embellece el jardín de una manera increíble, aunque es en otoño cuando muestra su mejor color. Además, resiste sin ningún problema las heladas.
¿Cuál es el origen y las características del Acer platanoides?
El Acer platanoides es un árbol caducifolio que se conoce como arce real, arce noruego o arce platanoide. Se encuentra en buena parte del continente europeo, desde el norte de España (Pirineos), el Cáucaso y llega hasta Asia Menor. Su altura máxima una vez que llega a la edad adulta es de 35 metros; para entonces su tronco se habrá engrosado aproximadamente unos 60 centímetros. Su corteza es lisa y de color gris claro.
Si hablamos de las hojas, al igual que las de todos los arces son palmadas y dentadas. Las de nuestro protagonista son verdes en primavera y verano, y amarillas o rojizas en otoño. Ahora bien, existen cultivares, como el Acer platanoides ‘Crimson King’, que las tiene rojo-púrpuras.
Por otro lado, las flores son verde-amarillentas y se agrupan en panículas. Brotan en primavera, poco antes o poco después de que lo hagan las hojas. Y sus frutos son dobles sámaras (disámaras), compuestas por dos semillas que van unidas a un ala cada una, y a su vez ambas están unidas por un extremo de la semilla.
Su esperanza de vida es de unos 200 años.
¿Qué usos se le da?
El arce real se utiliza como planta ornamental. Proporciona mucha sombra, lo cual se agradece cuando el verano es muy caluroso. Además, es muy apreciado en el mundo de los bonsáis.
Por otro lado, su madera es útil se puede usar para la fabricación de muebles.
¿Cuáles son los cuidados que hay que darle al Acer platanoides?
Lo primero que has de saber es que es un árbol que necesita mucho espacio para poder desarrollarse. Por eso, es muy recomendable que se plante a una distancia de 8 metros o más de muros, suelos que estén pavimentados y de la piscina. Asimismo, es importante que la tierra en la que crezca sea fértil y fresca. Le da igual si es ácida o alcalina, pero no podrá crecer en suelos pobres ni/o erosionados, ni en aquellos compactos a los que les cuesta drenar el agua.
Has de regarlo frecuentemente, pues no resiste los períodos secos de larga duración. De hecho, si optas por tenerlo en maceta durante su juventud, lo ideal es que se riegue de manera que el sustrato no se seque del todo; y si lo tienes plantado en el suelo, lo mismo: échale agua varias veces por semana durante el verano para que no se seque. Abónalo en primavera y hasta finales del verano con abonos como el guano, más o menos cada 15 días, aunque eso dependerá de lo que indique el envase del producto.
El arce real se multiplica por semillas en invierno, esquejes en primavera y los cultivares por injerto de yema a mediados o finales de verano.
Por lo demás, resiste las heladas de hasta los -18ºC.